El papa autoriza la beatificación sin milagros de la española Juana de la Cruz
Internacional / Internacional / Por: Staff NotiGape
Publicado: 25 de November, 2024 | 1:07 PM
El papa Francisco autorizó este lunes la beatificación, sin necesidad de un milagro, de la religiosa Juana de la Cruz, monja de la Tercera Orden de San Francisco y abadesa del convento de “Nuestra Señora de la Cruz” en Cubas de la Sagra, Madrid, informó el Vaticano.
El pontífice decidió conceder a la religiosa, nacida en 1481 en la localidad que actualmente se llama Numancia de la Sagra, Toledo, en el centro de España, y fallecida el 3 de mayo de 1534 en Cubas de la Sagra, lo que se conoce como “beatificación equipolente”, que permite que se pueda beatificar a una persona sin esperar la verificación de un milagro.
En este caso, el papa aprobó la beatificación debido a la fama de santidad de Juana Vázquez Gutiérrez, a la que desde hace siglos se la conoce popularmente como Santa Juana y que incluso recibió culto público, pero que fue limitado tras el Concilio de Trento, al no poder ser reconocida su santidad por no cumplirse los cien años que marcaban los decretos de Urbano VIII.
El papa Francisco autorizó este lunes la beatificación, sin necesidad de un milagro, de la religiosa Juana de la Cruz, monja de la Tercera Orden de San Francisco y abadesa del convento de “Nuestra Señora de la Cruz” en Cubas de la Sagra, Madrid, informó el Vaticano.
El pontífice decidió conceder a la religiosa, nacida en 1481 en la localidad que actualmente se llama Numancia de la Sagra, Toledo, en el centro de España, y fallecida el 3 de mayo de 1534 en Cubas de la Sagra, lo que se conoce como “beatificación equipolente”, que permite que se pueda beatificar a una persona sin esperar la verificación de un milagro.
En este caso, el papa aprobó la beatificación debido a la fama de santidad de Juana Vázquez Gutiérrez, a la que desde hace siglos se la conoce popularmente como Santa Juana y que incluso recibió culto público, pero que fue limitado tras el Concilio de Trento, al no poder ser reconocida su santidad por no cumplirse los cien años que marcaban los decretos de Urbano VIII.